Buscando calidad de servicio a la hora de decidirse en la contratación de Seguridad.



Procedimientos de

pedido: 


Este punto parece redundante, pero es notable comprobar lo difícil que

puede ser lograr que algunas empresas nos vendan sus productos o servicios. En

algunos casos, el proveedor impone procedimientos rígidos que no se adaptan a

las necesidades del cliente; en otros, lo obliga por ejemplo a llenar

formularios complicados con información poco relevante o ya disponible.





Cumplimiento de lo pactado: 


Debería ser innecesario aclarar la importancia de cumplir estrictamente con

lo acordado. Además del evidente deterioro que se produce cuando el proveedor

no se atiene a especificaciones y condiciones, las investigaciones han

demostrado que cuando los proveedores se atienen estrictamente a lo prometido,

los clientes pagan más rápidamente. 


Evidentemente, cuando el cliente no tiene motivos de queja es más probable que

respete su parte del trato y pague en término.





Notificar los cambios: 


Es posible que el proveedor pueda cumplir absolutamente todas las

condiciones pactadas con el cliente, pero en general siempre surge un

imponderable. Uno de los cambios más frecuentes en lo pactado es no poder

cumplir con la fecha de entrega. 


En este caso es fundamental tomar contacto inmediato con el cliente una vez que

se descubre que no se podrá cumplir con la fecha comprometida, sin esperar

hasta que llegue el momento. 


Esto en general permite, si la razón del retraso es comprensible, acordar una

solución para reducir al mínimo cualquier inconveniente que el cliente pueda

sufrir por la falta de cumplimiento de lo pactado. Tomar contacto con el

cliente antes de que ocurra el evento también permite generar mayor confianza,

ya que el cliente percibe que el proveedor se preocupa sinceramente por

resolver sus problemas o al menos trata honestamente de reducirlos al mínimo.





Asistencia de entrega: 


Algunas empresas creen que su trabajo terminó cuando entregaron el producto

y que, de allí en adelante, el problema es del cliente. Quizás esto puede ser

cierto en algunos casos cada vez más aislados. Pero muchas veces el cliente

necesita ayuda o consejos para familiarizarse con el producto que compró, sobre

todo en momentos en los que los productos tienen cada vez más tecnología

incorporada. Esta ayuda puede materializarse de muchos modos, tales como

entrenamiento del cliente o asistencia para buscar al producto nuevos usos de modo

de aumentar su valor percibido. El proveedor debe garantizar que el producto o

servicio se integrará con los procesos actuales del cliente del modo más suave

posible.





Facturación clara: 


Es indispensable una facturación transparente de lo que se pide al cliente

que pague. Aún siguen existiendo facturaciones que para muchos clientes son

poco claras o no transparentes, tales como las de las empresas telefónicas o

las de algunas tarjetas de crédito. El cliente no debe ser un experto para

comprender porqué debe pagar lo que se le pide. 


Con frecuencia, cuando el cliente tiene una duda y recurre al proveedor para

aclararla, es atendido por colaboradores poco entrenados que no le brindan

satisfacción... y que además creen que atender a ese cliente es una interrupción

de su “verdadero” trabajo. Aquí no nos referiremos a la presencia en la factura

de ítems no pactados previamente, o que el cliente consideraba como incluidos

en el producto base, y que luego resultan ser opcionales. 





Rápido acceso al proveedor: 


Luego de la venta, el cliente debe poder ponerse en contacto con el

vendedor o el soporte de un modo rápido y sencillo. Una vez logrado el

contacto, quien lo atiende debe estar lo suficientemente entrenado como para

poder darle satisfacción sin hacerle perder el tiempo.





Contacto posventa: 


Muchas veces una vez lograda la venta el proveedor se olvida del cliente, y

concentra su esfuerzo en hallar más clientes. El comprador se siente

abandonado, porque realmente ha sido abandonado. 


Si el vendedor establece contactos posventa, se refuerza su vínculo con sus

clientes. Esto influye fuertemente en la actitud del cliente hacia el

proveedor, y es de gran valor cuando se lo emplea como mecanismo de generar

referencias positivas.





Cómo mejorar la percepción de calidad del cliente





 





Emercados en los que

los productos –y sus precios– son esencialmente idénticos, el único modo de

lograr diferenciación y mejorar la percepción de valor es mejorar

sustancialmente la calidad de atención y servicio, para lograr la satisfacción

y la lealtad del cliente.


 





A

lo largo de toda la relación entre proveedor y cliente, desde el primer

contacto hasta la postventa, existen varios elementos que influyen en el modo

en que el cliente percibe a la empresa. Cualquiera de ellos que falle deteriorará

la relación.
 Por ello vale la pena

volver a revisar estos elementos con mirada crítica. Siempre encontraremos

aspectos para mejorar, y los clientes lo recompensarán con 
recompra

 lealtad.